A las grandes empresas del sector agroindustrial los transgénicos les benefician porque suponen una fuente de poder monopolístico (ya que son patentables y favorecen la concentración de capital). Cada vez que un agricultor planta una semilla transgénica debe pagar a una de estas empresas.
¿Porqué estamos en contra?
Organizaciones como Greenpeace estan en contra pues todavía no se ha demostrado cuales son los efectos a largo plazo. Los alimentos transgénicos estan modificados para adquirir características de resistencia a plagas por ejemplo, y se ha encontrado que al ser ingeridos nuestro estómago puede absorber estas características haciendonos inmunes a los antibioticos.
Se exige también el etiquetado de los productos con el exacto contenido de transgénicos ya que nosotros como consumidores tenemos el derecho de decidir si queremos comer o no aquello que contiene alimentos geneticamente modificados.
“Los alimentos transgénicos parecen actuar como un agente de control de la natalidad, conduciendo de forma potencial a la infertilidad. Si este motivo no es suficiente para plantear la retirada de los cultivos transgénicos actualmente en el mercado, no se a que tipo de catástrofes estamos esperando”
afirmó Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña contra los transgénicos de Greenpeace
“Experimentar genéticamente con nuestros alimentos es como jugar a la ruleta rusa con los consumidores y con la salud pública”, refiriendose a un estudio publicado en Austria en Nov. del 2008 en donde se encontró que los ratones alimentados con maíz transgénico poco a poco se fueron volviendo infértiles.
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